Cultura

Por amor a la música

CIUDAD VICTORIA, TAMAULIPAS.- Desde la infancia el pequeño Abraham traía la música por dentro. En la primaria se la pasaba constantemente tamborileando el mesabanco con su lápiz amarillo, lo cual le costo un par de ‘borradorazos’ patrocinados por sus maestros. Este fue su inicio en el apasionante universo de la música y muy especialmente en el mundo de las percusiones.

En su temprana juventud, el oriundo del poblado El Limón, municipio de Ciudad Mante acostumbraba desvelarse en los bailes y ya desde entonces quedaba absorto al observar a los bateristas ejecutar las melodías en su instrumento.

Siendo un adolescente inició su aventura musical como ayudante de cargador para un conjunto de su pueblo natal, sin embargo el baterista era muy celoso de su instrumento y por ninguna razón dejaba que nadie lo tocara.

Por eso Abraham llegaba dos horas antes al ensayo y después de conectar todos los aparatos se daba vuelo tocando durante 90 minutos la ‘batería ajena’ arriesgándose a que el dueño de los tambores lo descubriera y tratando de emular al grupo sensación de entonces: La Banda Macho, de Monterrey, sus ídolos.

Por azares del destino, en una tocada en Xicoténcatl el baterista no se presentó a tiempo y el güero de ojos de color espontáneamente ‘se lanzó al ruedo’ y acompaño a los demás elementos en una canción: ‘cebollitas verdes’ de los Baby’s. Todos quedaron sorprendidos por su audacia y su buen ritmo y se ganó el respeto de los músicos.

Con el tiempo logró alinearse en un par de agrupaciones mas y allá por el 77 fue invitado a integrarse a un grupo de la capital tamaulipeca: ‘Los Favoritos’. Después de eso tocó con varios grupos como el del famoso ‘Chuy Cardoza’.

En esta época grabó su primer disco de larga duración (al que le seguirían 19 LP’s más).

Por aquellos años surgió una formación llamada Vetyz, al cual Abraham fue invitado a tocar las congas y eventualmente la batería.

Ahí fue donde se fogueó de lo lindo durante algunos años en eventos de todos tamaños.

Fue en una tocada en el Casino Victorense donde al llegar a instalarse se llevó una gran sorpresa: alternaría con sus ídolos de antaño: La Banda Macho.

Al finalizar el evento ocurriría algo que solo llegó a imaginar en sueños: el grupo que idolatraba “La Banda Machos” lo quería reclutar.

Abraham sentía que una de las grandes ilusiones de su vida se cumplía.

A partir de ahí su vida profesional se desarrollaría plenamente y lo llevaría a recorrer la república mexicana y varios lugares de Estados Unidos.

A mediados de la década de los noventa el fundador y director de la Banda Machos desintegraría la agrupación y Abraham regresaría a su Victoria querida.

A los pocos días de volver a esta capital, el grupo Vetyz ni tardo ni perezoso volvió a ficharlo. Pero Abraham siguió participando en las percusiones en diversas alineaciones y lugares.

Hace unos quince años, Abraham descubrió que no solo era bueno para los tambores y timbales: también se inició en la cantada.

Sucedió que una noche en el bar “La Bodega” del Hotel Sierra Gorda, el administrador noto que el güero era muy bien entonado, y de ahi “pa’l real” empezó a destacarse como vocalista.

Hace un par de años Vetyz Banda terminó su ciclo y tras una corta temporada en ‘Plaza Gallo’ llegó la pandemia del Covid-19 y silenció la música de forma tajante.

La presente contingencia aunada a la crisis de inseguridad que casi elimina la vida nocturna de la capital.

“Este 2020 fue el tiro de gracia para aquellos que nos dedicamos a la música, muchas agrupaciones que ya andaban mal, terminaron por desaparecer’ comenta el percusionista y cantante al Caminante.

A sus 60 años y con 45 años de carrera musical, Don Abraham se encuentra plenamente satisfecho por el largo trecho caminado.

Gracias a su labor y picando piedra desde mitad de la década de los setenta logró construir su hogar y mantener unida a su familia.

“La vida del músico es muy sufrida y muy difícil, pero también te trae muchas satisfacciones, para quienes nos gusta esto, es muy apasionante” afirma el hombre.

Sin duda, la larga trayectoria de don Abraham, quien nunca abandonó su sueño y llegó a vivirlo plenamente, es una gran inspiración para todos aquellos que se inician en el mundo de la música, y hoy 22 de noviembre el Caminante le envía un abrazo y una felicitación a todos los músicos de Ciudad Victoria en su día, ¡Felicidades!